martes, 22 de abril de 2014

Sábado Santo: Yaciendo muerto

El Sábado ya comenzaba triste, cielos cubiertos, luz lúgubre, frio inquietante, ráfagas de aire que contenean alrededor de las ramas de los árboles.
El día no podía ser menos propicio y dedicado a un entierro, el entierro de nuestro padre Jesus, muerto y desamparado como de una ruin persona ahí lo tenian en aquellos tiempos, pero lo que nadie sabía hace un par de milenios atrás que el que atado a una columna, portando un madero, cricificandolo en el Gólgota junto a ladrones, iba a volver a renacer de entre los muertos, vencer el mal y darnos a todos los cristianos la vida eterna.
El cuerpo fallecido salía del convento de San Jose a las 17.30, silencio, solo se oye el silencio, ni los pajaros salen al encuentro, las cigueñas acomodadas en la torre cerraban sus picos en señal de respeto, silencio, el pueblo  de Fuentes de Andalucía te guarda el luto al que es el Rey de los Judios, silencio, se oye una sintonia de una campana al salir la caja fúnebre portada por hermanas costaleras, todo respeto es poco para el predicador de predicadores. Su madre, en su Soledad, guarda entre manos un pañuelo lleno de lágrimas, que dolor más inmenso es el que maten a tu hijo en una cruz solo por predicar la salvación, no llores más madre mía que en el cielo estará y del cielo bajará el que nos salvó aquel duro día.....


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